Uno de los grandes retos a los que nos enfrentados cada año al llegar el verano, es recuperar los metales que la humedad y el paso del tiempo han ido deteriorando. El óxido es una dolencia que consigue que nuestros objetos y elementos de hierro, muestren una apariencia vieja y desgastada. Los torna marrones, cobrizos, ásperos y quebradizos. Es un proceso que debemos parar, si no queremos que el deterioro se convierta en algo irreversible que echará a perder definitivamente las piezas. Sin embargo, no todos los objetos de hierro se tratan por igual.
En este post te voy a enseñar de qué manera podemos tratar cada uno de los elementos de hierro, según cual sea el diagnóstico que tengamos del mismo y te voy a mostrar el paso a paso de un caso real al que yo misma me he tenido que enfrentar estos días: cómo recuperar el banco de hierro oxidado de mi patio.
Nos encontramos con frecuencia casos en los que los objetos de hierro se encuentran en contacto permanente y directo con el agua y por eso se oxidan con el tiempo. Este podría ser el caso, por ejemplo, del armazón de una pérgola, o las vigas de una estructura, que se hallan enterradas bajo tierra, sobre todo, las que se localizan próximas a zonas costeras y humedales. El proceso de erosión y desgaste en estos casos es muy intenso, y por lo tanto el tratamiento antioxidante debe ser proporcional al mismo.
Cuando nos enfrentamos al problema del óxido se hace necesario utilizar un pasivador de óxido. Este producto genera un micrage o una película sobre el material férreo, que lo protege de manera intensa produciendo un efecto anticorrosivo. A continuación se aplicará una pintura de terminado antioxidante.
Los objetos que han sido fabricados con materiales férreos y que nunca han sido tratados, requieren un tratamiento específico que consta de varios pasos.
Este es el caso que encontraremos con mayor frecuencia en los hogares. Se incluyen en este apartado rejas, ventanas, bancos, herrajes de puertas, etc. Normalmente son elementos comunes que sufren la humedad de las zonas exteriores de nuestras casas.
También es el caso en el que yo misma me he encontrado este verano.
Hace unos años, encontré, mientras paseaba por un rastro, una antigua verja. La verdad es que fue amor a primera vista y después de un improvisado y obligatorio regateo me quedé con ella, sin saber muy bien para qué la utilizaría.
Después de dedicar varios días a mirarla, aunque te pueda parecer imposible, decidí que iba a convertirla en un banco. Partí la reja en dos trozos y un herrero hizo el resto. El banco llegó a mi patio y por un tiempo fue el protagonista del espacio.
En los años siguientes mi banco ha pasado de un lugar a otro y de una función a otra, y finalmente se convirtió en el lugar en el que coloqué todas mis macetas.
Toda la humedad que eso ha supuesto lo han deteriorado mucho, y el óxido lo ha invadido todo, y la verdad me apetecía mucho volver a darle una nueva oportunidad. Así que me he puesto manos a la obra.
En este caso y siguiendo las recomendaciones del personal de Pinturas Andalucía he seguido los siguientes pasos.
Afortunadamente, en Pinturas Andalucía pueden fabricar el color que yo decida al instante entre más de 10.000 posibilidades, y convertirlo, gracias a un aditivo antioxidante incoloro, en el producto de terminado perfecto.
¿Quieres ver el resultado?
Espero que te guste tanto como a mi.
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