Con el transcurrir de los años, a medida que las capas protectoras se van desvaneciendo, el metal entra en contacto con la humedad y se va oxidando. El óxido es un problema muy común que hoy en día se puede solucionar. Una reja, un mueble o cualquier otro elemento de hierro, puede quedar como nuevo con muy poco esfuerzo y dinero.
Para pintar hierro oxidado el primer paso es preparar la superficie, para luego aplicar una capa de imprimación protectora. Posteriormente ya se puede pintar para conseguir el acabado deseado.
Con todos los materiales necesarios adquiridos, se puede proceder restauración, pero hay que dedicar tiempo a la preparación de la superficie antes de comenzar a pintar. Esta parte del proceso es determinante a la hora de conseguir un acabado de calidad.
Es importante destacar que el mercado ofrece una amplia gama de productos de aplicación directa sobre el óxido, pero aun en estos casos, limpiar bien y retirar los restos de suciedad y pintura antigua, ayuda a conseguir un mejor resultado.
Para realizar un trabajo de calidad y para que todos los elementos restaurados queden en perfecto estado, es importante seguir algunas recomendaciones.
Un primer paso es proteger el entorno de trabajo, cubrir con papel y cinta para evitar manchar y generar tareas innecesarias de limpieza al final del proceso.
El segundo seria la autoprotección. Utilizar ropa adecuada, guantes, mascarilla y gafas de protección según sea necesario es fundamental.
Hay que tener en cuenta que al trabajar con hierro oxidado se dispersaran pequeñas escamas metálicas que pueden ser potencialmente nocivas para la salud.
El cepillo de alambre es la herramienta ideal para deshacerse de las partículas sueltas de óxido y otros elementos molestos que puedan existir en la pieza de hierro. La mayoría de las rejas o muebles de hierro, tienen una capa de óxido escamoso que cubre toda su superficie. El cepillo de alambre sirve para sacar todo eso.
Reparar desperfectos con masilla y aplica una capa de imprimación protectora ayudarán a que tratamiento perdure durante más tiempo. Realizar una imprimación directa al metal, aplicando una capa sobre toda la superficie y reforzando sobre zonas sensibles como grietas y soldaduras puede ser una buena idea.
Lijar la superficie del hierro oxidado despues de reparar y antes de imprimar: este procedimiento es más o menos importante de acuerdo a la pieza a tratar y al resultado que se espere obtener. Se debe usar una lija de grano medio para realizar lo que los herreros llaman pulimento leve. Conseguir una superficie lisa que favorezca la adhesión de la pintura.
Se puede utilizar pintura en aerosol para metales, rodillo o una brocha para aplicar la capa de acabado. En este punto las manos dependerán del resultado que se quiera conseguir.
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