Cómo pintar acero galvanizado, aluminio y otros metales no porosos.

El acero galvanizado es un tipo de acero recubierto con una capa de zinc para protegerlo de la corrosión y el óxido. Este proceso se llama galvanización y se realiza sumergiendo el acero en un baño de zinc fundido o mediante un proceso de electro-galvanizado.

El zinc actúa como una capa protectora que impide que el oxígeno y el agua entren en contacto con el acero, lo que evita que se oxide y se corroa. Además, el zinc es un metal más resistente a la corrosión que el acero, lo que mejora la durabilidad del material.

El acero galvanizado se utiliza comúnmente en la fabricación de productos que necesitan resistencia a la corrosión, como tuberías, estructuras metálicas, postes de cercas, techos, y otros productos para la construcción. También se puede utilizar en aplicaciones donde se requiere una superficie lisa y uniforme para la pintura.

El aluminio es un metal ligero, maleable, dúctil y resistente a la corrosión. Un material versátil que se utiliza en una amplia variedad de aplicaciones debido a sus propiedades físicas y químicas. Se trata de un elemento muy utilizado en la construcción de estructuras y edificios, así como en la fabricación de vehículos, aviones y barcos.

Ambos materiales, son buenos ejemplos de metales no porosos que pueden resultar difíciles de pintar y decorar.

Cómo pintar metales no porosos

Para pintar metales no porosos, como el acero galvanizado, el acero inoxidable, el aluminio o el latón, es importante seguir los siguientes pasos:

  1. Limpiar la superficie: Antes de comenzar a pintar, hay que limpiar la superficie del metal con un limpiador especializado para metales con base disolvente. Hay que asegurarse de quitar cualquier suciedad o grasa que pueda estar presente, ya que esto puede afectar al anclaje de la pintura.
  2. Usar una imprimación: aunque hay pinturas de aplicación directa, los metales no porosos no son ideales para la adherencia de la pintura, por lo que necesitas una imprimación especializada. Aplicar una capa fina de imprimación para metales sobre la superficie permitirá que la pintura se adhiera de manera efectiva.
  3. Pintar con pintura especializada y de calidad: utilizar una pintura especializada para metales no porosos, que sea resistente a la corrosión y duradera, es fundamental. Aplicar la pintura siguiendo las instrucciones del fabricante, usualmente se recomiendan varias capas delgadas en lugar de una sola capa gruesa, firmemente adherida.
  4. Dejar secar: dejar que la pintura se seque completamente antes de manipular el objeto pintado, asegurándose de seguir las instrucciones de tiempo de secado del fabricante, garantiza un resultado satisfactorio.

Siguiendo estos pasos, podrás pintar metales no porosos de manera efectiva y duradera. Es importante tener en cuenta que la preparación adecuada es clave para lograr un buen acabado en cualquier proyecto de pintura.

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